Muchas veces me pregunto sobre cuál es el aspecto físico y geográfico de Trupán que lo hace diferente de sus comunidades aledañas. Mal que mal compartimos el mismo suelo, aire, frutos y hasta el propio volcán Antuco como fondo para las fotos. Sin embargo, es natural preguntarse ¿Por qué las localidades de Polcura, Tucapel y Huepil no gozan del mismo encanto y magia de Trupán estando tan cerca entre sí?
A mi juicio, la respuesta está en el agua. No existe a la redonda laguna tan especial como la nuestra ¿Dónde pasean en bote los huepilinos? Me pregunto ¿Tendrá competencia de natación la semana polcurana? o ¿D{onde practican kayak los tucapelinos?
Foto: Johana Escobar
La laguna nos distingue, y nos honra. Ya en el pasado, por intermedio del Ramal, llegaban turistas de todos lados a disfrutar de las bellezas de nuestra laguna, incluyendo bañistas desde Huepil hasta Monteverde.
Hoy, ad portas del siglo XXI y del camino nuevo, llegan a este balneario visitantes de distintas latitudes y eso nos distingue, pues nuestras comunidades vecinas carecen de este recurso, honrando así a nuestro maravilloso pueblo.
Es nuestro afán constante, queridos contertulios, mantener limpia la laguna. Primero por el pundonor propio de mejorar lo nuestro, por el amor propio de rescatar algo tan nuestro y que nos identifica tanto.
A quién no le ha pasado que viaja a Trupán por un fin de semana y no tiene tiempo de visitar la laguna, llegas de regreso, te preguntan como te fue y les dices "Muy cortito... no alcancé ni a ir a la laguna". Así, como ves, este balneario constituye hasta un punto de referencia.
Es además, en términos simples, la "guinda de la torta" ya que, cuando llevas algún amigo a Trupán le muestras la plaza, el teatro, la iglesia, el retén, la escuela y... la laguna, tal como si dejaras lo mejor para el final. Bajas con tu amigo, siguiendo la línea o el camino hasta la cancha, llegas a la laguna y te sientas en el muelle. Le cuentas anécdotas perdidas en el tiempo y en el espacio mientras tu amigo se deja llevar por los encantos del agua y de los cisnes.
Ahora, si tu amigo es medio chicharra, te vas donde el Tío Juanuco, atiendes a tu amigo con dos chelas bien heladas y listo, fijo que tienes a tu amigo el resto del año en Trupán.
Una vez un trupanino, de cuyo nombre no quiero acordarme, me contó que invitó a una amiga a la laguna...
-¿Y encontró muy fría el agua?
- No, no se baño
-¿Y a que fueron?
- A cazar.
-Espero no que no hayan matado ningún cisne
- No, tranquilo, solo nos echamos un pato.
La laguna es la pregunta de esta semana. Deja tu comentario y gracias por visitar nuestra página.